Nightwish arrasa con su única cita en España

Con una fecha única y tras siete largos años sin visitarnos fuera de la programación de un festival, la banda de metal sinfónico finlandesa logró casi un llenazo absoluto en el madrileño Barclaycard Center presentándonos el excelente Endless Forms Most Beautiful, octavo disco de la banda y el primero con la vocalista Floor Jansen.

Ya desde las 9.00 de la mañana comenzaban a llegar los fans a hacer cola en el Barclaycard ataviados con sus camisetas y outfits inspirados en la banda y con una sonrisa imborrable en la cara. Sobre las 17.00 ya era incontable la multitud de asistentes que se agolpaba en las filas y donde comenzaron los primeros problemas de organización puesto que no quedaban muy diferenciadas las entradas de front stage de las normales. El acceso front stage abrió puertas a las 18.00 permitiendo que dentro del recinto se produjera una pequeña estampida por hacerse con la primera fila y donde comenzaron las primera quejas pues pocos fueron los que no llegaron al escenario sin recibir algún codazo. Cabe decir que el área front stage no dispone ni de servicios ni de barra por lo que tienes que estar todo el tiempo entrando y saliendo, no tiene los accesos señalados y te obliga a estar enseñando tu entrada cada dos por tres. Pero dejemos de lado los errores de la organización.

En torno a las 19.50 comenzaron los teloneros Alquimia, unos grandes desconocidos que no supieron aprovechar la gran oportunidad que se le brindó pues no dieron una actuación para el recuerdo ni se metieron al público en el bolsillo. Evidentemente se le quedó el escenario demasiado grande y no supieron explotarlo.

A las 20.45 comenzó el verdadero espectáculo con la inmensa presencia de Nightwish que arrancaron con la enérgica “Shudder Before the Beautiful” seguida de “Yours Is an Empty Hope” que es quizá la canción más dura de “Endless Forms Most Beautiful”. Desde el minuto uno los saltos, los cánticos y las lágrimas de los asistentes no cesaron.

A continuación fueron el turno de la emotiva “Bless the Child” y “Storytime” temas en los que se demuestra el virtuosismo vocal de Floor Jansen y se posiciona como la mejor voz que podía haber adquirido la banda tras el pequeño desastre que supuso Anette Olzon tras la expulsión de Tarja Turunen.

Tras estas llegaron más temas de “Endless Forms Most Beautiful” como “My Walden, “”Élan” o “Weak Fantasy” para pasar a la apoteósica “7 Days to the Wolves” del álbum “Dark Passion Play”, la cual casi ninguno de los asistentes se esperaba y en cuyo minuto y medio final se pudo ver a los asistentes fuera de sí gracias a la arrolladora energía de esta canción cuya percusión pertenece a otro universo.

Posteriormente llegaron el turno de la preciosa “The Siren”, la épica “The Poet and the Pendulum” que con la voz de Jansen cobra todo un nuevo sentido y agilidad y la folclórica “I Want My Tears Back” que recuerda a la música tradicional escocesa.
Pasado el ecuador del concierto la energía no desfallece y la complicidad de los miembros de la banda parece ir en aumento con una sonrisa imborrable y poco habitual en su líder Tuomas Holopainen, una Floor radiante y Marco y Emppu desplazándose de un lado al otro del escenario constantemente.

A continuación llegó el turno de “Nemo” del álbum “Once” que es quizá la canción más emblemática de la banda y la que les catapultó a la fama mundial y donde si que se echó un poco de menos la voz de la vocalista original Tarja Turunen y de ahí pasaron a “Stargazers”, canción de los orígenes de la banda en los 90 que logró la histeria colectiva y donde Jansen salió airosa con una adaptación a la voz original que hizo que la canción fuera completamente suya y nos olvidásemos de que alguna vez fue cantada por alguien que no fuera ella.

Tras este momento único tocó relajarse con la balada “Sleeping Sun” donde todos los asistentes se convirtieron en plañideras para pasar a “Ghost Love Score”, canción esperadísima por todos y con la que ya se confirmó que Floor Jansen es LA VOZ de Nightwish y que dejó a todos rezando porque así sea hasta el fin de los días.

Para terminar llegaron los turnos de la potente “Last Ride of the Day” con la que demuestran que a pesar de llevar hora y media de concierto aún queda energía para rato y de la inmensa “The Greatest Show on Earth” tema de 24 minutos de duración que cierra el “Endless Forms Most Beautiful” y que es toda una oda a la humanidad, a las artes, a la belleza a la vida en definitiva y que es considerada una de las mejores composiciones musicales de la historia.

Sin duda alguna ha merecido la pena la larga espera para poder ver a Nightwish en solitario aunque faltaron elementos típicos de sus espectáculos como megatrones o pirotecnia ya que el recinto no reunía las condiciones necesarias para poder emplearlos y grandes temas como “Ever Dream”, “Wish I Had an Angel” o “Wishmaster”.

Ahora que la gira está llegando a su fin estaremos pendientes de con que nos sorprenderán en los próximos años que seguro será algo para hacernos soñar como llevan haciendo durante estos veinte años.

Fotografías de Rubén G. Herrera.

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