Crónica jueves Primavera Sound

El Primavera Sound ha arrancado su nueva edición de la mejor manera posible, marcado sin duda por la fuerte presencia femenina sobre los escenarios.

El gigante catalán se ha ganado a pulso el título de mejor festival europeo, mostrando en esta nueva edición una programación abismal, una organización perfecta y unas instalaciones que quitan el hipo. Quien escribe estas líneas ha asistido a más de quince festivales diferentes en España y esta era la primera vez en la que se acercaba al Primavera Sound y la sensación no puede ser más positiva.

Arrancamos la jornada acercándonos al CCCB de la ciudad para asistir al concierto de los australianos Confidence Man. El dúo puso a saltar en cuestión de segundos a todos los asistentes con sus coreografías auto paródicas, sus cómicas letras y su inteligente electrónica. Con un show sencillo pero efectivo iban calentando motores para su próxima actuación en la madrugada de la segunda jornada.

Una vez asimilada la actuación de Confidence Man nos acercamos al Parc del Fórum para presenciar en uno de los escenarios principales la actuación de las enigmáticas Warpaint. A pesar de un pequeño fallo de sonido que se tomaron con profesionalidad y humor, la actuación de las californianas fue enigmática y absorbente. El rock y el dream pop se dieron de la mano en la actuación del formidable cuarteto en el que todas sus integrantes son instrumentistas y vocalistas. La selección de los temas fue muy acertada, ya que tiraron de viejos temas de su disco homónimo junto a unos pocos del más reciente “Heads Up”.

En cuanto tuvimos ocasión, nos acercamos al Heineken Hidden Stage, donde debutaba Amaia, la ganadora de Operación Triunfo junto a la banda catalana THe Free Fall Band. La dulce Amaia versionó durante su actuación algunos de sus temas favoritos como “Miedo” de MClan, Reflektor de Arcade Fire, “Alfonsina y el Mar” de Mercedes Sosa o incluso a los Beatles. Durante su irregular actuación se apreció su innegable talento pero su falta de tablas en el escenario debido a su timidez y su falta de experiencia a tocar con banda, algo que auguramos que controlará en poco tiempo.

Tras la actuación de Amaia nos acercamos brevemente a las actuaciones de Kelela y The War On Drugs, ambas un tanto descafeinadas, la primera por la lentitud de sus temas para un festival y la segunda por un setlist poco adecuado con ausencia de himnos y por la voz algo lastrada de su líder Adam Granduciel.

A las 22.00 comenzaba en el gigante escenario SEAT la actuación más esperada. Con un escenario que representaba una utópica selva alienígena comenzaba la actuación de la islandesa Björk. Björk se ha ganado el título de la artista más innovadora, creativa y experimental del panorama musical desde hace ya 25 años y quiso demostrarlo sobre el escenario. En esta ocasión presentaba los temas de su noveno disco “Utopia”, acompañada sobre el escenario por siete flautistas y un arpa. La actuación de Björk estuvo marcada por los impresionantes visuales de los pantallones y por una voz en estado de gloria. En esta nueva gira la artista tocó un total de diez temas de su nuevo disco junto a antiguos clásicos adaptados a esta nueva era flautista como “Human Behavior” de 1993, “Isobel” de 1995, “Pleasure Is All Mine” del 2004 o “Wanderlust” de 2007. Sin lugar a dudas la de Björk fue la experiencia musical y sensorial más impactante de la jornada y la que he vivido jamás en un concierto.

Al acabar Björk nos acercamos a la actuación de Fever Ray, otra experiencia musical innovadora repleta de sonidos industriales donde se mezclaban la electrónica, la zumba, la batucada y el trip hop en temas como “IDK About You”, “Wanna Sip” o “To The Moon And Back”. Durante la actuación fue digna de ver la reacción de gran parte del público que miraba entre absorta e inquieta la siniestralidad de la puesta en escena y los cambios de ritmos en las canciones.

Para terminar la jornada nos acercamos al concierto de Chvrches, que presentaban el reciente “Love Is Dead”. Con el concierto de los británicos tuvimos sentimientos encontrados. Mientras que su legión de fans parecía estar disfrutando del concierto como nunca, a algunos otros nos dio la sensación de estar escuchando lo mismo de siempre. Fue acertada la selección de temas de sus primeros dos discos, ya que el tercero ha sido recibido con cierta frialdad Y los temas se sucedían como si escucháramos el mismo tema una y otra vez, creando un conjunto muy bailable pero repetitivo y monótono. Por otro lado hay que hacer incapié en las carencias vocales de su líder Lauren Mayberry quién como es habitual abusa del vocoder ya que suele desafinar y terminar ahogada en la mayoría de los temas. La sombra de Björk era demasiada larga sobre ese escenario como para poder impresionar.

En cuanto al recinto qué decir. Fue una espectacular impresión por su extensión, su multitud de escenarios, su zona electrónica fue exquisita, así como sus múltiples zonas de restauración. Las barras para pedir bebidas jamás se saturaban y toda la gente que trabajaba en ellas, en seguridad, en información, recepción etc. Trabajaban con una perenne sonrisa en el rostro, algo que siempre se contagia y se agradece.
Primavera Sound es y seguirá siendo un grande y un referente en el panorama musical mundial.

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