Aurora de Fuel Fandango. Donde el exceso se convierte en magia.

Cuando se empieza con un álbum debut tan potente como fue “Fuel Fandango” en 2011, las expectativas que se generan son muy altas pero eso no ha parecido asustar a Ale Acosta y Nita que una vez más han logrado sorprender a su legión de seguidores.
Parece ser que la banda ha entendido que lo que a la gente le mueve es la electrónica, algo que demostraron modificando totalmente la segunda etapa de la gira de “Trece Lunas” pasando de tocar los temas del segundo álbum a crear algo parecido a una sesión de los temas más potentes de sus dos discos.
Pero esta vez con Aurora han decidido no darnos ni un respiro, pues el disco arranca con la sobrecogedora Burning, uno de los temas con más fuerza del disco a la que sigue Salvaje, tema que muestra la voz más desgarradora de Nita y que quizá sea el tema que más se aleja del resto del álbum.

Posteriormente nos encontramos con Corazón, Toda la Vida y La Primavera, todas ellas con título en castellano y unas bases electrónicas que demuestran que en esta ocasión no se ha escatimado en excesos, que a fin de cuentas es lo que el público quiere y lo que se echó de menos en Trece Lunas.
A estas le siguen Not True, que parece ser la primera lenta con un precioso arranque a guitarra que se va convirtiendo en un hermoso híbrido capaz de mezclar varios géneros en 4 minutos de canción y El Viento, la que posiblemente sea la canción más floja del disco pues no guarda sorpresas en su puente como ocurre con todas las demás.
Posteriormente tenemos la jazzística El Todo y La Nada junto a El Niño de Elche y Today, la más emotiva de Aurora cuyo piano y y la dulce voz de Nita crean una hermosa simbiosis que pone los pelos de punta.

Finalmente y para terminar el disco nos encontramos con Mi Secreto, que recibe claras influencias de cuando la banda estuvo girando por África con una percusión de timbales enigmática y Medina, un épico final para un disco redondo donde han logrado que la misma Estrella Morente se introduzca en un tema electrónico que muestra la vena cantaora mas potente de Nita y una preciosa guitarra acústica que demuestra una vez más que Acosta es un genio a la hora de mezclar géneros y que esta vez ha conseguido producir un disco que parece la obra cumbre de una banda que sabe sorprender como muy pocas logran hoy en día.

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