Guille Mostaza da 50 consejos para nuevos músicos y productores

Guille Mostaza, ex vocalista de la banda Ellos y reconocido productor y compositor, se anima a publicar 50 consejos para artistas, compositores o productores que estén comenzando su carrera.

Desde su productora Álamo Shock situada en El Álamo, Madrid, uno de los centros neurálgicos de de las producciones “indie” nacionales desde 2015, Mostaza nos regala una guía avanzada para músicos a la que merece la pena darle una y varias lecturas.

1. “Voy a empezar destrozando tu autoestima (o no): La música es Dios, y manda más que tú, que siempre serás un súbdito entregado a una causa mayor, un paria, un mero peón de una obra magna que jamás verás completa porque está en constante reconstrucción y vas a morir antes de que consigas entender un 1% de ésta. La música, como la propia naturaleza a la que pertenece, se autorregula, y si no la tratas bien te va a pasar por encima antes o después. Tú no haces canciones, las canciones te hacen a ti. Y a lo mejor tal Dios te hace algún regalo de vez en cuando pero se lo sigues debiendo.

2. Si contratas a un profesional, confía en él. Y si no te fías no lo contrates. Lo que está claro es que si no sabes delegar en el trabajo de alguien que sabe lo vas a tener que aprender tú, y eso te va a llevar tiempo, frustraciones, dinero y mucho esfuerzo si realmente deseas hacerlo bien.

3. Cumple. Siempre. Si das tu palabra llévalo a cabo. Con todo. Con todos. Si no, no hagas promesas falsas.
La autocrítica es lo único que te va a hacer mejorar. Sé consciente de lo que sabes hacer bien y lo que no. No abandones lo que sabes hacer e intenta ir puliendo lo que no. Si crees que lo sabes hacer muy bien todo te equivocas, darse palmadas en la espalda a uno mismo es un ejercicio que ayuda poco. Tampoco vale autoflagelarse constantemente, pero si has de elegir, elige el látigo a la palmada. Porque la palmadita es, directamente, palmarla.

4. Si la canción en su fase de producción y arreglos no funciona con 24 pistas -y tiro muy por lo alto- es que, precisamente la canción no funciona. Da igual que metas más arreglos, sólo conseguirás emborronarlo todo. No, tampoco vale echarle un kilo de reverb a ese todo. Empieza por revisar la composición, la armonía, la letra, el ritmo… lo que sea. Luego ya puedes añadir o quitar lo que quieras pero primero la canción tiene que andar (me metería en el tema escribir y componer canciones, que es algo que también he hecho mucho y tengo carrete, pero me daría para un libro entero). Si me lo hubiesen dicho a mediados de los noventa me hubiese ahorrado muchos, muchísimos, quebraderos de cabeza, pero en la escuela sólo te enseñaban a manejar botones, el concepto artístico hay que llevarlo puesto.

5. Escucha mucha música. Toda canción tiene algo bueno, TODA, y si esto no lo sabes ver es que lo de producir canciones ajenas no va contigo. Ser hater te parecerá más divertido, entrégate a la causa y enrólate en la legión de tristes. Te sentirás acompañado: cada día son más.

6. No, eso no está bien. Por muchas vueltas que le hayas dado a la canción puede que algo no encaje, pero tú no lo sabes porque precisamente le has dado tantas vueltas a la canción que has perdido toda perspectiva, cosa que tampoco sabes. Cosa que nos lleva al siguiente punto.

7. Maquetitis, o inflamación de la maqueta. El absoluto MAL y el causante del 80% del tiempo perdido. Tu demo está bien como referencia, cuando se la pases al productor/ingeniero, no intentes convencerle de que tiene que “sonar como la maqueta pero mejor”. Así estarás desaprovechando las capacidades de éste, que podría llevar tu canción a terrenos que ni has considerado y que incluso desconoces. Para más referencias vuelva al segundo punto, un poco más arriba. Tampoco le hagas escuchar esas demos más de dos veces. “Si tanto te gusta tu demo te la masterizo y la subes a iTunes” es junto a “dale un repasito a la afinación” las frases que más veces he pronunciado en este mi estudio.

8. Abre tu mente. En el más liberado de los sentidos. La música es algo colaborativo, en el momento en que pones tus canciones en manos de alguien también le estás abriendo la puerta a tu mundo, y automáticamente tienes que compartirlo. No queda otra, no puedes abrirle la puerta de tu casa a alguien y pedirle que se quede ahí mirando, invítale al sofá, sácale algo de beber, dale conversación, sé un anfitrión educado y elegante.

9. Si tiene experiencia previa y lo hace rápido es que es bueno. Rápido no es malo, rápido es haber elaborado una técnica efectiva que ha costado años pulir, un sistema y una organización que desemboca en efectividad. Sí, a ti te costó meses mezclar tu demo en casa y sufriste mucho, eso es que no sabes hacerlo, lo siento. Alguien que trabaja bien sabe decidir rápido precisamente porque maneja muchas variantes y sabe elegir la mejor para ese escenario, son miles las decisiones que hay que tomar cuando trabajas con una canción, miles de verdad. Hay veces que alguien me pide un cambio y después de hacerlo me dice que le gustaba más antes, cuando ven cómo deshago todos los pasos que he hecho en un minuto suelen decir “¿Pero has hecho todo eso tan rápido? no me he dado cuenta” pero, ay, amigo, yo sí, que para eso estoy aquí. Si alguien te dice que necesita una semana o más para mezclar una canción puede pasar dos cosas: o que esté inflando el precio y te quiera cobrar de más, o que no tenga mucha idea y vaya probando cosas a ver si suena la flauta. Para encarar un trabajo, cualquiera, hay que tener una idea pensada previamente, y luego ejecutarla con habilidad usando todos tus conocimientos. Antes de tener un estudio propio he pagado muchos. En algunos me han estafado, directamente. Nunca dejes que eso ocurra.
Remarco: piensa primero, y luego sigue el plan que has trazado en tu cabeza. Sentarse delante de los controles a ver qué pasa sólo derivará en pérdida de tiempo.

10. Si has contratado a alguien vas a tener que pagarle. Sólo así el trato va a ser justo y ambas partes van a estar satisfechas y dar lo mejor de sí. La persona que está en ese estudio se ha dejado un riñón haciéndose con el equipo que ves, equipo insultantemente caro, y que va a sonar en tus canciones, en mi caso concreto reinvierto la mitad de lo que gano en el estudio. A no ser que sea un estudio de estos que son una empresa y contratan a gente para lo ponga en marcha, que no se habrán dejado tanto, pero se han pasado media vida aprendiendo para ti. No regatees, no seas waltrapa.

11. Si no te sale a la tercera toma no te va a salir a la décima. Esto es una verdad irrebatible. Y puede que el dueño del estudio esté interesado en hacerte repetir la misma toma un día entero. Más tiempo es igual a más dinero para él/ella (aunque seamos realistas, suele ser él). Así que si no sabes hacerlo practica en casa, no en un estudio, y sé listo, y decide cuándo parar y aceptar que no te sale bien, que hay que cambiar el arreglo o la interpretación. Por norma general, sé si un músico va a conseguir interpretar o no lo que tiene en la cabeza a los pocos segundos de escucharle tocar.

12. Sé consciente de los plazos. Márcate fechas. Fechas de entrega, fechas de grabación, días de mezcla, si no vas a querer repasarlo todo eternamente. Hay que asumir un principio básico: la música que haces es una foto de ti en un momento dado. El mes que viene serás otra persona. No dejes que eso maree a la gente con la que trabajas. Es una mera cuestión de respeto y educación. Si tienes quince días de estudio gestiona el tiempo, o mejor, deja que la persona que esté ahí lo haga: intentará sacar los mejores resultados en el plazo pactado.Si tienes ideas nuevas durante ese plazo empléalas en nuevas canciones, no en las que ya están…. ACABADAS. Porque lamento decirte (y también celebro) que esa canción está finiquitada. Déjala marchar.

13. No aceptes trabajos que no vas a poder hacer bien. Sí, a todo el mundo nos viene bien ganar dinero, es obvio, pero sé honesto. Hacer un mal trabajo puede derivar en estropear la carrera de alguien, producir discos supone un ejercicio de responsabilidad extremo. Nadie tiene la culpa de tu ineptitud excepto tú.

14. Respeta los tiempos de las personas con las que trabajas. No fuerces a nadie a grabar voces o no te obligues a ti mismo a cantar o tocar si no estás en el momento adecuado. O si el que está a los mandos está cansado no lo exprimas ni atosigues porque al día siguiente va a rendir peor, y créeme cuando te digo que no quieres eso para tus canciones. En un estudio siempre hay cosas que hacer, aprovechad el tiempo para dedicaros a otra tarea menos fatigosa para el oído como es editar, organizar pistas o proyectos, cambiar microfonía. Yo para grupos tengo un sistema al que llamo “estudio permanente” que es que en dos días sonorizas a toda la banda, con todos los instrumentos para que suenen impecables y estén siempre dispuestos para que, ya sea el día 3 o el día 15, cada músico pueda grabar alguna idea o retomar aquella cosa que no le convencía de manera inmediata y dejarlo plasmado en la grabación. Gracias a este sistema se han grabado ideas muy buenas en muchas de las producciones que hago.

15. Parad unos minutos cada par de horas. Un oído sobrecalentado es un arma cargada que nunca sabes a quién va a disparar, aunque lo más probable es que sea al bajista. Sé que es fácil venirse arriba y pegarse una sesión en la que la música suena durante diez horas seguidas pero hay que obligarse a parar. Esto os lo puedo decir yo que antes, por la excitación de meterse en esto, no descansaba la oreja y luego sonaba todo a eso, a oreja a la plancha.

16. No, las canciones grabadas en casa nunca saldrán tan pulidas como las grabadas en un estudio, por mucho que los anuncios que saltan en YouTube te lo digan. A ver de qué si no el personal de los estudios se hace con equipo de primer nivel ¿Para sacarlo en Instagram? No, para usarlo y sacar el mejor rendimiento posible, y sacarlo en Instagram mola, eso es verdad. Tu toma vocal grabada enchufada directamente a la tarjeta jamás va a competir con un buen micro en una sala tratada acústicamente con alguien que controla a los botones. Yo mismo vendí todos mis preciados aparatos a mediados de los 2000 cuando salió el boom del home studio y del “hey, tío, con tu portátil y estos plugins puedes sonar igual que en un estudio, ya no te hacen falta ni instrumentos de verdad”. Sí, yo también caí. Tuve que volver a comprar todo el equipo de nuevo. Todo y más, claro. Y más caro, porque todo se revalorizó, especialmente los sintetizadores.

17. Acredita. Apunta bien quién hace qué en los discos: quien toca, mezcla, compone, escribe, produce, masteriza… No hagas creer a la gente que haces tú todo. Tarde o temprano se sabrá que no es así porque tú mismo te delatarás.

18. Haz de la música algo divertido. Cuando el proceso es un tormento o la persona está todo el día quejándose de cualquier minucia es que la cosa no va de música, va de egos y de hazmecasitos. Para grabar hay que conversar, hay que charlar mucho, hay que conocerse en el proceso y sobre todo hay que reír y disfrutar. Los egos hay que dejarlos en la almohada la noche anterior y trabajar por el bien común. Hacer discos con cara de palo queda muy bien en las fotos, pero es fatal para el resultado. He trabajado con artistas -sobre todo uno muy famoso- que mientras cantan sus miserias entre toma y toma imitan a Chiquito de la Calzada. Esto, amigos, es el gozo. La música es el gozo, que te quede claro. Rodéate de gente maja, o al menos inténtalo porque nunca sabes cuándo alguien te va a salir rana.

19. Grabar un disco es una experiencia que vas a recordar toda tu vida. Haz que esos recuerdos sean buenos. Yo he grabado algún disco de algún grupo mío que no puedo escuchar porque sólo me trae recuerdos de ansiedad y penurias.

20. “Más o menos está bien”, el gran cáncer. Eso no vale, tiene que estar excelente, o al menos haber dejado toda tu alma en ello. De eso va todo esto de la música, de dejárselo todo en ella. Si no aceptas esa regla del juego mejor que no juegues. O sí, pero a mí no me llames.

21. La visión artística. La clave de todo. La cosa no va de equiparar volúmenes y meter efectos, va de saber qué quieres decir y a dónde quieres llegar. Esto no es sencillo porque es un concepto para muchos muy abstracto, otros ni lo consideran. Se ponen a grabar sin saber lo que quieren y luego pasa lo que pasa. Una canción -y más un disco- bien hecho es una absoluta obra de arte que no todo el mundo valora al completo. Trabaja para los que sí lo hacen.

22. No copies. Hay cosas que me chirrían, especialmente cuando alguien viene al estudio y me pide que ponga Spotify para copiar algo. Cómo vas a crear algo único si estás clavando algo hecho. Copia de tu cabeza, de cosas que has escuchado, pero reinterprétalas, intenta alejarte de esa idea que quieres copiar pero sin perderla de vista, cada persona es única y por tanto tiene algo único que aportar, aprovéchalo. Y desde luego, jamás de los jamases, pongas esa canción que ya te sabes sólo para ver exactamente cómo lo hacen. Sí, hay muchas teorías sobre esto, algunas dicen cosas como “Los que saben inventan pero los genios copian”, en mi casa directamente es “Los idiotas copian”.

23. Otra verdad absoluta: la gente sin experiencia o con poca en estudio de grabación cuestiona constantemente tu trabajo. Los más experimentados te felicitan. Siempre.

24. Nunca vayas detrás de las modas. Escúchalas, estate atento a lo que pasa y busca tu hueco pero jamás hagas ejercicios de estilo. Dan pena. “Lo quiero petar” es la frase más escuchada por jóvenes artistas en este estudio. Normalmente lo quieren petar copiando algo que peta ahora pero cuando salga su disco habrá dejado de estar de moda. Yo siempre les aviso de que así no van a petar pero… ¿Qué es petar? para mí es dedicarte a lo que te gusta hasta que mueras. Cada uno tiene su visión de las cosas, la mayoría confunden petar con fama y dinero.

25. No eres productor. Vale que has trabajado tus propias canciones, has grabado a tus colegas y te has flipado leyendo lo que hacía Brian Wilson, Max Martin, Quincy Jones o Phil Spector, pero si no has cobrado por, por lo menos, diez discos producidos no te atrevas a llamarte productor. Que te quites el diente de leche que te cuelga no te convierte en dentista, que desatasques el wc no te hace fontanero. No hagas el ridículo y deja que un productor de verdad haga su trabajo.

26. Los productores/ingenieros que saben tocar se comunican mejor con los músicos, conocen el instrumento, sus posibilidades, a dónde se puede llegar. Además puede echarte una mano a la hora de solucionar esa línea de bajo que a la tercera toma no te sale, afinar la caja de la batería o sincronizar el arpegio del sintetizador a tiempo con la canción.

27. Importantísimo: un productor no es alguien a quien mandar la canción que acabas de sacar para que te diga qué te parece, porque si las canciones ya han salido al público poco se puede cambiar. Un productor empieza a trabajar para ti en el momento en el que le mandas tu demo y tiene que sacar tiempo para escucharla después de haberse echado todo el día oyendo música con la que está trabajando, pero para eso primero tienes que contratarlo, esta gente cobra por trabajar, aunque a ti como te resulta divertido no te parezca que es trabajo.

28. “Es que cuando la ensayamos en el local suena bien”. Claro, cuando estás a volúmenes infernales con el batería pegando los platos al lado de tu oreja y ya vas medio mamao con seis cervezas en tu haber la vida parece mejor. No se te ocurra decirle eso nunca a un productor/ingeniero, probablemente se esté descojonando de ti por dentro. Yo soy de los que se descojonan por dentro y fuera. Cuestión de carácter.

29. Hay gente que tiene un don, y hay gente que tiene capacidad de trabajo. Ambos pueden conseguir su objetivo. Si tienes las dos cosas ya es maravilloso ¿Qué tienes tú?

30. No seas autocomplaciente. Acepta las críticas de manera constructiva. Una crítica bien hecha por alguien que sabe lo que dice vale más que millones de elogios. Muchísimo más. Ahora, si el que critica viene sólo a ofender lo mejor es ignorarle. No hay mejor desprecio que no hacer aprecio.

31. Nadie tiene razón. La música es pura subjetividad. Pero claro, tú has elegido a la persona con la que quieres trabajar precisamente por su subjetividad. Entrégate a ella, deja de sufrir.

32. Nadie va a estar al lado del oyente explicándole que es que ese día no tenías un buen momento y por eso la voz está así, o que tal arreglo que suena tan mal es que lo has grabado con un radiotransmisor del año 57 que te costó una pasta en eBay. No vas a estar al lado de cada persona que da play a Spotify. Tu música tiene que funcionar sin necesidad de ser explicada ni justificada. Tiene que transmitir, entregar emoción, risa, pena, alegría, incluso asco, pero si no consigues transmitir nada sin tenerlo que explicar has fracasado estrepitosamente.

33. “Ya está todo inventado”, OK BOOMER.

34. Aléjate de lo que yo llamo “funcionarios de la música”, esto es, gente que llega a trabajar al estudio, hace su horario y al llegar las ocho en punto apagan todo dando igual lo que estás haciendo. El último estudio que pagué antes de abrir el mío propio, me cortaron a mitad de una canción en la que estaba grabando la guitarra. Resulta que eran las 8 en punto y el responsable del sitio había quedado con su novia. No le culpo, hay gente que trabaja así, yo no. Por normal general las sesiones las acabo cuando noto que la oreja se empieza a cansar y puedo tomar decisiones erróneas.
35. ¿Qué es lo más importante de un disco? que tenga CARÁCTER. Métetelo en la cabeza. Ahí está la madre del cordero, la quintaesencia de una producción. Si las personas implicadas no tienen carácter, personalidad, y un poco de querencia por el riesgo, el conjunto tampoco lo tendrá.

36. Si no se te ponen los pelos de punta con al menos una canción, cualquiera, esto no es lo tuyo.

37. Se consciente de lo que das y lo que pides. Si vienes con un presupuesto ajustado, un trabajo de preproducción nulo y unas habilidades modestas no pretendas irte por la puerta con un disco sonando a Beyoncé. Porque eso es imposible. Uno ha de ser pretencioso hasta que le realidad le de el toque.

38. La comunicación es esencial pero siempre mejor en persona, hablar de esto por mail, mensajitos y similares es muy complicado. Al menos a mí no se me da bien hablar de sonido y sensaciones con palabras, mejor estar, escuchar y verle la cara al otro, aunque sea con mascarilla.

39. Domina tu equipo. Tus instrumentos, aparatos, micrófono. Nada peor que ir a un estudio y ver un montón de cosas, todas apagadas porque el que las maneja prefiere hacerlo todo con el ordenador. Cuando eso ocurre lo más probable es que no sepa manejarlo, directamente. Pero oye, queda pintón tener un ecualizador de 5000€ o ese sintetizador vintage que es tan bonico.

40. No grabas canciones para ti, en el momento en el que pones el pie en un estudio estás grabando canciones para los demás, deja de hacerte el bohemio, eso queda bien en las entrevistas pero a mí no me engañas. Y al grabarlas para los demás y querer entrar en un circuito hay que aceptar ciertas reglas en cuanto a sonido. Déjate el “es que yo en mi casa lo hago así” para tu casa.

41. ¿Eres joven? Empieza ya. Yo empecé mis primeras grabaciones cuando era muy pequeño, desde los seis años una grabadora me acompañaba a todas partes, lo grababa todo, desde el ruido de la calle a las broncas que nos echaba nuestro profesor en clase, pero mi primera demo “seria” la hice con 18 años. Eran cuatro pistas, un mundo se abría ante mí. Si ya estás entrado en la treintena especialízate en una cosa: intenta ser músico, productor, ingeniero… pero lamento decirte en que si quieres hacerlo bien todo a la vez se te está acabando el tiempo. Tampoco te preocupes, puedes ser un excelente algo, no tan multitarea pero algo bueno saldrá si pones toda tu energía y pasión en ello.

42. Más de dos repasos a la obra una vez finalizada suele derivar en desastre. Quiero decir, que si el que está al mando lo da por bueno y dice que dentro del plazo pactado ha dado lo mejor de sí, acéptalo. Si quieres repasar aún más contrata más tiempo pero ten en cuenta que el que controla ya te dijo que estaba perfecto y que no cambiaría nada. A partir de ahí ya es tu responsabilidad. Y tu dinero. No seas bobo. Y sobre todo no haga trabajar gratis al personal sólo porque has cambiado de opinión en el último momento.

43. Tiempo. Valiosísimo, quiero hacer especial ahínco en que no lo pierdas, ni se lo hagas perder a otros. Lo he mencionado varias veces pero no puedo evitar repetirlo.

44. Máxima: productor que está mirando todo el rato el móvil, productor que pasa olímpicamente de ti. Lo mismo de músico a productor. Silencia el móvil, estás grabando un disco, almacántaro. Dedica todo tu tiempo a las personas que tienes delante.

45. Haz bien tus deberes ¿cual es tu rol? Llévalo bien aprendido, puede que luego se cambien cosas pero el plan B está en ti, en lo que sabes. No quieras que nadie te salve el culo, así de entrada, aprende a salvártelo tú mismo y luego deja que sea otro el que lo ponga en un buen sofá. Vamos a estar todos más cómodos.

46. Priorizar qué cosas son más importantes. No merece la pena estar cuatro horas mareando con un sonido que no es un elemento principal en la canción. Todo es importante, pero dependiendo el plazo y presupuesto hay que pensar qué es lo realmente importante. Personalmente prefiero estar un buen rato sacando un buen sonido a una voz o a una batería que pasarme horas tocando botones para un arreglo de sintetizador que suena una vez en el minuto tal y no vuelve a aparecer.

47. PACIENCIA. Siempre va a aparecer un listo que sabe más que tú. Nunca ha producido un disco pero sabe mucho porque lo ha leído en un foro. Ignórale con arte y gracia, sonríe, hemos dicho que no habíamos venido a perder el tiempo. Mantén la compostura, contrólate, si en algo me ha ayudado este oficio a nivel personal es a domarme a mí mismo. Los mejores son los que odian un efecto en concreto o un tipo de instrumento. Lo más clásico: “qué asco la Fender Stratoaster con chorus”, pero luego te piden que abras Spotify y pongas esa canción que quieren copiar en la que, caray, hay una Stratocaster con chorus, pero como no lo ven, no se enteran. Todo es bueno si sabes cuándo y dónde usarlo. Decir que por sistema no te gusta cierto instrumento o efecto es como que te den un kit de acuarelas y quitar el color verde porque es que a ti no te gusta el verde, y a pintar el cuadro sin el verde. ¿Por qué? Porque es que tú eres así, eres especial, y no te gusta el verde. Ni el chorus. Para los menos entendidos añadir que tocar una guitarra Fender Stratocaster frente a un amplificador Roland Jazz Chorus 120 con el efecto activado es una experiencia única.

48. Las cosas nunca van a quedar como te imaginas. Probablemente quedarán mejor, pero esto probablemente lo veas cuando hayan pasado días o semanas desde que el trabajo salió y te empiecen a felicitar. Hasta entonces vas a tener la cabeza hecha un lío. Es normal y parte del proceso.

49. No vas a hacerte rico. Ni ganas, lo que quieres es vivir de la música, gozarlo. Si quieres hacerte rico vas a tener que ceder mucho de ti a la gran industria y puede que tampoco lo consigas. O que lo consigas y te dure poco, si tienes suerte. Esto ya es muy subjetivo pero mi consejo máximo es que no te prostituyas. Sólo así conseguirás una carrera larga que no sólo te permita llevarte bien con tu conciencia, sino que al tiempo será reconocida. Sólo hay que tener paciencia y no dejarse cegar por chorradas vacuas. Eso es una basura. Lo bonito de esto es la música en sí. Si quieres followers hazte influencer.

50. En resumen: No tienes ni puta idea. Y nunca la tendrás, esto es un aprendizaje constante. El día que creas que lo controlas todo estarás muerto, tanto artística como vitalmente.
Si has llegado hasta aquí es que todo este tema te interesa mucho, enhorabuena. Muchísimas gracias por leerme.”

CONTACTO: carreteraymanta@publico.es

OTROS POSTS

AGENDA

No hay eventos