La Asociación de Salas de Conciertos de Cataluña (ASACC) acusa a la Generalitat de “agravio sin precedentes”

La ASACC ha emitido y contundente comunicado en contra de las restricciones aplicadas en la Generalitat durante las navidades para frenar el avance del coronavirus.

La Comisión de Delegación del Gobierno ha decidido cerrar salas de conciertos y clubes, como medida restringida para combatir los efectos de la 6a ola de la pandemia y la erupción de la variante Omicron.
Esta medida va acompañada de toque de queda de 01h a 06h, y reducciones de aforo en actividades deportivas, comerciales y culturales con asientos públicos como cines, teatros y auditorios al 70% y 50% en los interiores de la alergia anfitriona.

A diferencia de otros países como Portugal o Holanda donde se declaran confinamientos totales que afectan al 100% de la población con el objetivo de reducir contactos de manera rápida y eficiente y con el efecto de que la actividad pueda recuperarse tan pronto como posible, el Gobierno ha considerado que el único sector que necesita estar totalmente cerrado es el ocio y los music halls y clubes nocturnos, imponiendo un toque de queda que en su mayoría afecta a su público.

Una vez más nos sorprendió, porque una vez más no se ha llegado a un consenso con el sector, que lleva 19 meses cerrado y sólo dos meses abierto.

Si hubo cinco olas a pesar de tener los pasillos cerrados, cosa que no tuvimos nada que ver con la propagación del virus, ¿por qué el sexto se centra en cerrar un sector y reducir la cultura? volver a ser los sospechosos habituales.

Creemos que esta medida es totalmente ineficaz y costosa y no alcanzará el objetivo propuesto por varias razones:
• En primer lugar, el público que utiliza salas de conciertos y clubes nocturnos no alcanza el 10% de la población total, por lo que el 90% de la población restante seguirá trabajando, tomando el transporte público, y relacionándose entre sí con toda la reducción de aforo de estas actividades, así que la principal no se logrará el objetivo de reducir considerablemente los contactos.

• La imperiosa necesidad de relacionarse a ciertas edades, tiene como consecuencia que una parte de los jóvenes afectados por las restricciones no las respeta.

• Aunque los pasillos y discotecas estén cerrados y no puedan utilizar espacios de socialización, cultura y esparcimiento, buscarán otros espacios, ocupando espacio público o asistiendo a fiestas clandestinas donde no se cumplan las medidas de salud y seguridad, sanitati y control del consumo de alcohol, drogas, violencia, robo, ruido y molestias en el barrio.

Queremos expresar nuestra incredulidad y rechazo a las medidas que nuevamente castigan a la cultura y a la población más joven, estigmatizando una vez más a un sector que ha demostrado tener un grado muy bajo de incidencia por la pandemia.

Un sector que lleva cerrado diecinueve meses a las tasas más altas de contagio, sin rendición de cuentas, y una vez reabierto, fue el único que hizo una gran inversión en recursos humanos, para crear espacios de baja cabeza transmisión acity con el Covid y no representan ningún aumento en incidencia.
Las alternativas a clubes y pasillos ya se han vivido en forma de grandes botellas sin ningún control y con un sesgo muy agresivo, que ha sido imposible de controlar debido a sus dimensiones, estos festivales volverán a tensar las calles en Maner demasiado incomprensible.

Esta limitación de actividades musicales significa un corte que afecta a todo un ecosistema profesional conformado por artistas, músicos, pasillos, técnicos, etc. , que, una vez más vean cómo son los únicos totalmente afectados por las restricciones, esperamos que se estudien las indemnizaciones por lo que consideramos un agravio sin precedentes y daños patrimoniales.

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