¿Qué está pasando con la música actual? Quizá la respuesta es NADA…

Este fin de semana hemos podido presenciar un catastrófico acontecimiento musical de proporciones épicas. Bueno, quizás no haya sido para tanto, pero la decepción ha sido máxima y nos ha llevado a reflexionar sobre qué narices está pasando con la música actual.

Sí, nos referimos al lanzamiento de ‘Chiken Teriyaki’, el nuevo single de Rosalía y adelanto de su inminente tercer disco ‘Motomami’. Con ‘Chiken Teriyaki’, Rosalía se abandona definitivamente a la música de usar y tirar, lanzando un single de dos minutos en el que, hablando en plata, se dedica a soltar una retahíla de gilipolleces inconexas con una base machacona que no aporta, no muta, no crece, no avanza y, por supuesto, no evoluciona.

A través de frases como “Pa’ ti naki, chicken teriyaki, Tu gata quiere maki, mi gata en Kawasaki”, repetida hasta la saciedad, Rosalía nos tortura con una de las composiciones más absurdas e irritantes que hemos podido escuchar en la música comercial actual.

El hecho de que este tipo de contenidos arrase, nos hace reflexionar sobre si la música que se consume hoy en día es un reflejo claro de la sociedad en la que vivimos. La sociedad del consumo y de las relaciones de usar y tirar.

Hoy en día parece que no tenemos tiempo ni para escuchar música, algo bastante irónico cuando es casi imposible ver a alguien en la calle, en el metro o en el gimnasio sin sus auriculares, en los que, supongo, estén escuchando canciones o posiblemente un podcast. Esta supuesta ausencia de tiempo provoca que las canciones hayan reducido drásticamente su duración, pasando de la duración standard de una canción pop de 3’30” a unos escasos 2′. Junto a este recorte en contenido, hay que sumar que muchas de ellas están compuestas por letras en las que no se dice nada, en las que no se aporta nada, en las que no se aprende nada, a las que no se quiere volver para nada.

Vivimos en tiempos muy oscuros para la música comercial, pero también para la sociedad. Una sociedad a la que las redes sociales y el consumo rápido ha convertido en autómatas, en seres frívolos, distantes, incultos y con cero interés y empatía por el mundo que la rodea.

La música, como cualquier disciplina artística, es un reflejo del contexto histórico en el que vivimos, por lo que el hecho de que canciones como las de Rosalía u otros artistas como Bad Gyal o el ya en retroceso reguetón dominante, hacen que nos planteemos en qué tiempo nos ha tocado vivir y qué sociedad hemos creado. Vivimos tiempo de estancamiento, de retroceso cognitivo, de inmediatez, el tiempo en el que para viralizar una canción hay que crearla pensando en Tik-Tok, una red social que se encarga de fabricar jóvenes acomplejados, inseguros, asociales y frustrados. Un tiempo robado, un tiempo perdido, un tiempo del que como diría la gran Carmen Laforet, no obtenemos NADA.

OTROS POSTS

AGENDA

No hay eventos