Tomavistas da el pistoletazo de salida a los festivales nacionales
El festival madrileño regresaba este fin de semana, cambiando el mítico Parque Enrique Tierno Galván por el inmenso IFEMA.
La emoción por volver a un festival en condiciones totalmente pre pandémicas era máxima y se palpaba en el ambiente, puesto que todos los asistentes se desplazaban por el recinto con total euforia y ganas de pasarlo bien.
En la primera jornada pudimos asistir al concierto de las emergentes Cariño, quienes nos deleitaron con su punk-pop adolescente. Tras ellas presenciamos parte del concierto de Rojuu y su potencia sonora y de la banda de rock Cupido.
Poco después nos acercamos a un abarrotadísimo escenario 2 para ver por primera vez el directo de la omnipresente Rigoberta Bandini, quien logró que nos lleváramos el único chasco del festival. A pesar de que Bandini parece ser una creadora de himnos innata, eso no significa que su directo sea acorde al interés comercial que provoca cada una de sus canciones. Con una puesta en escena que parecía una actuación de fin de curso, unos outfits que no han variado un ápice en más de un año y una voz en directo de lo más justita, la actuación se convirtió en la gran decepción de la jornada. A pesar de contar con temas bastante potentes, la actuación provocó una auténtica montaña rusa en la que era diferente detectar los momentos de clímax, ya que oscilaba entre los sonidos más comerciales y los más lentos de su corta discografía constantemente. Aunque Rigoberta Bandini ostenta el título de artista más cotizada en los festivales, seamos realistas, hay mucho que pulir y mucho en lo que trabajar para que vuelva a convencernos a la hora de asistir a alguno de sus descuidados y poco llamativos directos.
Tras el fallido concierto de Rigoberta dividimos nuestro tiempo entre los conciertos de Alizz en compañía de Rigoberta Bandini y de C. Tangana y de Putochinomaricón, en los que uno demostró por que es uno de los productores del momento, y otro nos hizo disfrutar de lo lindo con su show emo distópico acompañado por dos increibles bailarines.
Para terminar la jornada asistimos al concierto de Sen Senra para disfrutar del sonido más depurado y disfrutable de toda la jornada gracias a su impecable equipo y su cuidada producción. A pesar de ser un artista quizá demasiado intimista para un final de jornada, el broche de oro se lo ganó gracias a un impecable directo.
El viernes volvimos al recinto, arrancando la jornada con el dream pop de The Marías y su impecable directo, una banda muy disfrutable para arrancar una nueva jornada.
Tras ellas fue el turno de la banda de rock Camellos, quienes fueron los encargados de caldear el ambiente, hasta que una indescriptible tormenta tropical obligó a paralizar toda la actividad del festival. Juraría que jamás he había visto llover de esta manera, por lo que optamos por refugiarnos en el coche hasta que la cosa se calmara.
Tras el chaparrón volvimos al recinto para disfrutar del concierto improvisado de Kings of Convenience, quienes a pesar de la cancelación de su concierto por la tormenta no quisieron dejar al público sin disfrutar de parte de su directo.
Posteriormente llegó el turno del post punk de Shame, del emotivo directo de Jarv Is y de la locura desatada de los australianos Confidence Man, quienes, sin lugar a dudas, realizaron el mejor concierto de todo el festival, ya que su arrolladora energía, sus aparentemente descontroladas coreografías, sus descaradas letras y su indescriptible carismas pusieron el recinto patas arriba hasta bien entrada la madrugada.
El concierto final lo llevaron a cabo los infalibles Jungle, quienes a pesar de ser unos virtuosos en cada uno de sus movimientos, quedaron un tanto eclipsados por lo que acabábamos de presenciar en el escenario de al lado.
Tras haber podido asistir a parte del festival, podemos afirmar que la música en vivo ha regresado. Que ha regresado con fuerza. Que la capacidad y la ilusión de los organizadores es inagotable a la hora de solventar cualquier adversidad y que el Tomavistas ha sido, una vez más, el pistoletazo de salida de un verano de conciertos inolvidables.
FOTOGRAFÍAS: Javier Rosa
